Un sargento viceprimero de apellido Aldana, quien estaba al mando del grupo de militares que hostigó a campesinos e indígenas de la vereda Bocas del Manso de Tierralta, Córdoba, admitió ante la Inspección del Ejército Nacional y de las Fuerzas Militares, que él fue quien tomó la decisión de disfrazarse como disidente de las FARC para amenazar a la mencionada comunidad.

No obstante, el suboficial no supo explicar con argumentos razonables los motivos que tuvo para ordenar a los uniformados que lo acompañaban, un cabo tercero y ocho soldados, hacerse pasar por miembros del grupo criminal.

Tras el informe interno de los militares, el caso pasa ahora a manos de la Fiscalía y Procuraduría, que serán las entidades encargadas de adelantar las respectivas investigaciones, sin perjuicio de las decisiones en las instancias castrenses.

Como se sabe, el comandante del Ejército Nacional, general Luis Ospina, tomó la decisión de retirar de manera fulminante a los militares que aparecieron en el video apuntando sus armas contra mujeres inermes con niños en brazos.

Dentro de las drásticas medidas tomadas por estos hechos se cuenta también el retiro de la institución militar de seis oficiales y dos suboficiales más por omisión en el control de la tropa. 

Entre estos están el comandante de la Brigada 11, coronel José Edilberto Lesmes Beltrán, y el Sargento Mayor de Comando, Juvenal Mahecha, también adscrito a esa unidad.

Igualmente, se encuentran el comandante, el segundo al mando, los oficiales de operaciones y de inteligencia y el sargento mayor del Batallón de Infantería N.33 ‘Batalla de Junín’, tal y como recomendó en su momento la Inspección Militar.